Los residuos producidos por las sociedades, su cantidad, composición y peligrosidad son claros reflejos de las sociedades que los producen. Sin embargo en los últimos años, la relación desarrollo-producción de residuos se ha tornado perversa.
Según evolucionan las sociedades, se “desarrollan” y crecen, sus individuos producen una mayor cantidad de residuos, menos biodegradables, y más difíciles de gestionar. La percepción de este problema está llegando con bastante retraso a la ciudadanía y a las autoridades, encargadas de poner soluciones a los problemas, por lo que estas soluciones nos llegan tarde, y en el orden incorrecto, solucionando el problema por el final (reciclaje, incineración, vertido), en lugar de comenzar por el principio (reducción de la cantidad de residuos producidos).
Este problema afecta tanto a países desarrollados o enriquecidos, como a aquellos que se encuentran en vías de desarrollo. Y para verlo de manera más cercana, reflexionaremos sobre dos ejemplos cercanos para nuestra Asociación, España y Nicaragua.
En España, la cantidad de residuos no deja de aumentar (hemos duplicado la cantidad de residuos urbanos producidos en menos de dos décadas), así como su peligrosidad. En los años 80, un 70% de la basura urbana era biodegradable, mientras que en la actualidad sólo un 40% de la bolsa de basura son restos de alimentos y materia orgánica, aumentando la cantidad de plástico, metal y otros productos no biodegradables.
Los sistemas de gestión cada vez son más complejos y requieren de un mayor gasto para los ayuntamientos, y por tanto para los ciudadanos. Sin embargo, no se ponen en marcha medidas para evitar el consumo desmedido de recursos naturales, y por tanto, siguiendo el ciclo de los materiales, de productos manufacturados.
En Nicaragua la situación no es mejor. La desigualdad entre distintas clases socioeconómicas, y el elevado porcentaje de pobreza del país, se traduce en que determinados sectores de la sociedad desechen lo que para muchos otros continúa teniendo valor.
Las administraciones públicas nicaragüenses no tienen un sistema adecuado de gestión de los residuos, por lo que los botaderos o vertederos se encuentran repletos (y no siempre en las mejores condiciones sanitarias y ambientales), pero no únicamente de residuos; también se pueden observar numerosas personas, familias enteras, obteniendo sus pequeños ingresos económicos de los materiales recolectados cada día.
Por tanto las basuras, los residuos, y los vertederos son un elemento muy interesante de reflexión. Tras ellos se puede observar la pobreza, pero también una riqueza mal gestionada, y ambas llevan a que nuestro planeta se convierta, poco a poco, en un botadero gigante.
La riqueza y la pobreza escondidas detrás de los residuos.
en
15.10.08
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1 comentario:
Hola! Llequé a aquí y veo que somos gemelos en aparencia...Blog Action Day, YES! Me alegro saber que hay más y más Grenn Bloggers. Te pongo en mi Blog Roll;-) Enlazamos estamos.
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